Seguro has escuchado hablar de ella, la has visto en el mercado, conoces su aroma, has visto su flor o al menos probado su té. Al igual que el anís, son ingredientes esenciales de cualquier alacena, sobre todo en casa de nuestras abuelas, porque ellas sí conocen los beneficios que aportan y los poderes que estas pequeñas plantas tienen sobre las dolencias más comunes del ser humano.
Por ello, el correo de manzanillo de hoy va dedicado a ellas que, si bien muchos las conocemos y consumimos hasta por mero placer, quizás no somos del todo conscientes de sus aportes, beneficios, atributos y contraindicaciones.
Incluso, en ocasiones nos limitamos a una sola de sus presentaciones, cuando pueden ser consumidos de diversas maneras aportándonos casi siempre los mismos resultados. Y debido a nuestra falta de creatividad o atrevimiento, dejamos de acceder a ellas en días calurosos, por ejemplo, creyendo que una infusión caliente es todo lo que tienen para ofrecer.
Si bien el té de manzanilla y el anís tienen contraindicaciones, son mayores los beneficios que aportan a nuestro cuerpo. Después de todo, el único modo de obtener esas contraindicaciones es como con todo, el consumo excesivo del mismo.
Un té de manzanilla o infusión de anís – o mejor aún, un té de manzanilla con anís – antes de ir a la cama luego de un día agotador, te regalará un dulce paseo en los brazos de Morfeo, un té caliente siempre ayudará a aliviar un dolor de cabeza intenso, migraña, ansiedad e incluso la congestión nasal.
Estas dos hierbas de curiosa apariencia contribuyen con muchos de nuestros sistemas internos, desde aligerar los procesos digestivos y desinflamarnos, hasta aliviar los cólicos menstruales o producto de intoxicación o mala digestión.
La manzanilla por su parte posee propiedades sedantes que combaten la ansiedad y el estrés, por ello que se recomiende tanto a la hora de dormir y luego de un día agotador. Y el anís, con sus propiedades expectorantes, es excelente para bajar la intensidad de la tos persistente y relajar el asma.
El anís, además de ser ingerido a modo de infusión, es utilizado en la cocina oriental a modo de condimento y como complemento de diversidad de bebidas. Utilizando sus semillas trituradas y combinado con clavos, canela china, semillas de hinojo y chile Sichuan, forman uno de los condimentos chinos más conocidos, formado por cinco especias.
También lo conseguimos en presentación de aceite esencial, obtenido mediante la destilación al vapor de sus semillas, o el té o infusión comúnmente consumido, producto del hervido de dos cucharadas de semillas en una taza de agua.
La manzanilla, aparte de ser aprovechada como decoración debido a la intensidad de los colores de su flor silvestre, es utilizada en cremas y antioxidantes para el cuidado estético, y con frecuencia, lo ingerimos en forma de infusión caliente al prepararla del mismo modo que el anís. Ella por su parte, si se prepara como té helado o granizado, se convierte en un excelente refresco natural en los días cálidos de verano.
Estas son solo algunas de sus cualidades y usos que te recomiendo ampliamente que pruebes, ya sea que optes por un té de manzanilla y anís para adelgazar, una mascarilla de anís para el acné o una receta de anís estrellado para las arrugas, te aseguro que una vez que lo intentes nunca volverán a faltar en tu cocina.