Hasta hace unos años comprar un producto o un servicio por Internet era cosa de valientes; realmente no había demasiadas personas que se fiaran de Internet y preferían pagar más pero comprar al modo clásico, como toda la vida.
En los últimos años sin embargo ha habido un gran incremento de las ventas por Internet, en el que distintos factores han intervenido en ello: el hecho de que se puede pagar no sólo a través de transferencia bancaria, sino también contrareembolso y paypal; esto ha generado gran confianza entre muchos usuarios que temían que sus datos bancarios pudieran circular por la red. Otro de los factores que ha hecho posible el aumento de las ventas por Internet es que las mejores y más importantes empresas de todo tipo de sectores han considerado su presencia en Internet a través de sus propias webs y de su aparición en las redes sociales, como altamente beneficiosa, lo que ha hecho al cliente cuestionarse: si sus servicios ya me gustan ¿por qué me van a defraudar por Internet y además es más cómodo para mi porque además no tengo tiempo?
Todo esto ha hecho que Internet se haya convertido en un auténtico boom donde todos quieren vender y comprar; en este sentido las entidades financieras también han querido un espacio para ellas y por eso solicitar un préstamo hipotecario online se ha convertido en una práctica habitual en la que los usuarios agradecen sobretodo las molestias que conlleva el ir varias veces a la entidad, el papeleo etc.
No obstante como todo en la vida, hay que tener ciertas precauciones para evitar que nos engañen. ¿Cómo podemos saber que no corremos ningún riesgo con esa entidad? Pues sobretodo y fundamental acudiendo a una entidad con reputación en el mercado y leyendo bien el contrato; si no entiendes demasiado, acude a un asesor financiero.