La humanidad lleva milenios viviendo en la tierra y aún seguimos descubriendo más y mejores maneras de aprovechar los recursos en nuestro beneficio. Incluso aquellos que son peligrosos o mortales han sido, o están, en proceso de ser usados a favor de la gente, como por ejemplo, el fibrocemento.
Este es un material utilizado para la construcción de planchas de barco, techos de graneros, tubos de agua a alta presión, piscinas y chimeneas. Todo gracias a sus propiedades de resistencia a las altas temperaturas, no conducción de la electricidad y facilidad de corte. Es impermeable, económico y ligero.
Está compuesto de una mezcla de cemento con elementos silíceos y calcáreos, reforzado con fibra, usada para revestir estructuras. Se ha encontrado que las nuevas fibras de celulosa, vinil y especialmente vidrio mejoran aún más sus cualidades aislantes. Visualmente hablando, se trata de capas de tela y masa intercaladas, como una lasaña.
Su relación con el amianto
Hasta hace poco, uno de los ingredientes empleados en la fabricación del fibrocemento, era el amianto. Sustancia que se descubrió es cancerígena, ya que sus hilos no se disuelven en agua ni se degradan. Al acumularse en los pulmones, causan daños y cicatrices que con el tiempo pueden llevar a la muerte si la exposición es continua y no se toman las precauciones necesarias.
Solo recientemente entraron en vigor leyes que restringen o prohíben su uso a situaciones muy específicas, donde no pueda ser destruido y esparcido en el aire por vibraciones, choques o erosión. En general, las estructuras de fibrocemento son seguras al contener el amianto de forma inerte, porque se requiere una fuerza destructiva deliberada para lograr exponerlo al ambiente.
Nada permanece en piedra, y ya sea por obra humana o natural, las viejas construcciones se van desmoronando, liberando el mencionado componente dañino. De este modo ha surgido un proyecto empresarial constituido por equipos profesionales que cuentan con las herramientas, materiales y experiencia necesarios para retirarlo y disponerlo.
Generando así un capítulo más en la historia de cómo todo es aprovechable y, aunque a través de ensayo y error, vamos encontrando la manera de utilizar los regalos de la naturaleza para sobrevivir y prosperar.