El hecho de abrir un testamento no se trata de una ocasión llena de felicidad, por el contrario, implica que un ser querido ya no se encuentra entre sus familiares. Y precisamente, ya que estos momentos están cargados de sentimientos complejos, lo mejor es contar con la ayuda de uno de los abogados especialistas en herencias.
Estos profesionales tienen la capacidad de ayudar a elaborar un testamento, antes de que fallezca; o, en el caso de que no haya habido oportunidad de redactar un documento de este tipo, tratar de resolver las situaciones sin necesidad de entrar en un conflicto que demore más la llegada de una conclusión.
Si bien el concepto que explica el testamento puede resultar desagradable porque está asociado a la muerte, hay que tener en cuenta que el final de la vida es una realidad a la cual nadie puede escapar. Ante esta premisa, existe la opción del testamento vital que permite decidir en la actualidad sobre cómo desea una persona que sea la asistencia sanitaria de un futuro, sobre lo que disponga de su cuerpo sin vida o de los órganos que sirvan para trasplantes.
Evidentemente, ésta es una oportunidad que no debería ser desaprovechada por nadie, ya que permite declarar los deseos propios sobre la salud en el futuro, cómo prefiere afrontar una enfermedad y el fin que nadie es capaz de evadir. Ahora bien, hay que tener en cuenta que ante la diversidad de normas de las Comunidades Autónomas, no está de más buscar asesoramiento profesional para que le ofrezcan ayuda en su elaboración.
Para poder formalizar esta importante decisión, hay que elaborar un documento escrito, el cual debe cumplir con tres aspectos básicos para su validez: tener la mayoría de edad; expresar su voluntad libremente, sin ser coaccionado; y tener pleno uso de sus capacidades mentales, sin limitaciones.
En otras palabras, el testamento vital puede verse como una medida de prevención, que se aplica solamente en el caso de que en algún momento no tenga la capacidad para poder comunicarse, o cuando por la edad o el cuadro clínico que presente no pueda expresar los últimos deseos.
Todas estas condiciones están amparadas por la Ley 41/2002 del 14 de noviembre, que regula la autonomía del paciente, sus derechos y obligaciones en materia de documentación clínica e información. Éste recoge el estatuto de los derechos del paciente, que habla sobre cuáles son las facultades del paciente respecto a la asistencia sanitaria.
Los seres humanos tienen derecho a tomar sus propias decisiones, por lo que nunca resulta una exageración pedir ayuda a un abogado especialista para que se cumplan sus voluntades, apegadas a lo que estipula la ley.